Una tarde la gente vio a Ana buscando algo en la calle frente a su choza. Todos
se acercaron a la pobre anciana.
¿Qué pasa? Preguntaron- ¿Qué estás buscando?
-¡Perdí mi aguja – dijo ella!
Y todos la ayudaron a buscarla. Pero alguien le dijo:
- Ana, la calle es larga, pronto no habrá más luz. Una aguja es algo muy
pequeño, ¿por qué no nos dices exactamente dónde se te cayó?
- Dentro de mi casa- respondió ella
.- ¿Te has vuelto loca? – gritó la gente- si la aguja se te cayó dentro de tu
casa, ¿Por qué la buscas aquí fuera?
- Porque aquí hay luz y dentro de la casa no la hay.
- Pero aún habiendo luz, ¿Cómo podemos encontrar la aguja si no es aquí
donde la has perdido?
- Lo correcto sería llevar la lámpara a la casa y buscarla allí.
Y Ana se rió.
-¡Sois tan inteligentes para las cosas pequeñas!
¿Cuándo vais a utilizar esta inteligencia para vuestra propia vida interior?
En el tiempo que os conozco os he visto siempre infelices, intentando cubrir
vuestra felicidad con cosas exteriores, buscando afuera lo que sé, por mi propia
experiencia, que se encuentra dentro de vosotros mismos.
Usad vuestra inteligencia-
¿Por qué buscáis la felicidad en el mundo exterior?
¿Acaso la habéis perdido allí?
5 comentarios:
Q gran reflexión,si señor,genial,y es muy cierto,sin duda.Un abrazo
Si es muy buena y tiene razón, jeje porque buscamos la felicidad fuera... y nada enfin¡¡ un besoo
q bueno! me encanta amiga! un besin
Me alegro que te guste Amiga. un besazoo asias por pasarte'
Me ha encantado el relato Mariajo!!! Te lo he dicho alguna vez, pero es cierto... GRACIAS POR HACERNOS PENSAR y REFLEXIONAR!!!! Gracias amiga!!!
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