lunes, 25 de mayo de 2009

El Estres

- ¡Otra vez lo mismo!- exclamó Francisco, clavando su pie derecho en el freno, sin importarle en absoluto estar en medio de la calle.Se bajó del coche con la dificultad de siempre. Azotó la puerta. Isabel, su esposa, también bajó intentado controlarlo, sin éxito ante la fortaleza de él, que al verla apoyó su gran mano sobre su cara, cubriéndosela completamente, le dijo que no se metiera y empujándola hacia atrás. No era la primera vez que se encontraba con un coche aparcado en la entrada de su garage. Moviendo sus ciento veinte kilos con una asombrosa rapidez. Comenzó a buscar por los negocios cercanos al posible dueño. Mientras tanto, Isabel trataba de calmar a los demás conductores que tocaban bocina insistentemente. La calle se había convertido en un caos.Francisco, salió de un negocio y venía a pasos agigantados, bamboleando los brazos exageradamente, sus ojos turbios y rojos, la lengua a medio asomar de su boca. Se frenó. Se encogió de hombros y levanto los brazos hacia los laterales. No había encontrado al propietario de vehículo. Fue hasta el baúl de su coche. Se escuchaban los gritos de la gente pidiéndole que se quite del medio. Sacó una llave inglesa de grandes dimensiones. Hubo un silencio al verlo que se dirigía confiado hacia el coche que le estorbaba. Le dio un fuerte golpe contra el vidrio del acompañante. Su mujer no se atrevía a detenerlo, empezó a gritar y largó un agudo llanto de histeria. Como si esos llantos y gritos lo hubieran animado, dio varios golpes a la luneta delantera hasta que se rasgó completamente.A unos cincuenta metros, se escucharon los gritos de un hombre que corría desesperadamente hacia el lugar de los hechos, el dueño del coche.- ¿Qué haces? ¡Subnormal! ¿Estás loco? Mira lo que has hecho. –dijo un joven delgado que se tomaba la cabeza con ambas manos.- ¡Estoy hasta los cojones de capullos como tu, que dejan mal aparcado el coche y se van! ¡ Me tiro horas dando vueltas esperando que saquen el puto coche!- dijo Francisco mientras le dio una violenta patada a puerta, dejándola hundida.El joven, se lanzó sobre el cuello de Francisco, quien se anticipó y le propinó con la llave en la cabeza, impactándole de lleno y dejándolo desplomado en la calle.Dos hombres intervinieron queriendo quitarle la llave. En un acto de reflejo asombroso, le dio al primero con la llave en la frente y al segundo que se acercó por atrás, un codazo en la panza, al inclinarse, lo remató bajando la llave ferozmente golpeándole en la nuca, Isabel se aproximó sin dejar de gritar, pero recibió un izquierdazo que la dejó tendida en medio de la calle.Cuando llegaron los policías, encontraron a Francisco sentado, a un metro de él, la llave ensangrentada y a su alrededor, tres hombres y una mujer, todos sin vida.

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