lunes, 16 de julio de 2012

El Mirlo toma la decisión

Un viejo mirlo encontró una miga de pan, y se la llevó volando. Al ver aquello, los pájaros más jóvenes se prepararon para atacarlo. 
 Ante el combate inminente, el mirlo dejó caer la miga de pan en la boca de una serpiente, mientras pensaba para sí:
- Cuando se está viejo, la gente vé la vida de otra manera: perdí mi alimento, es cierto, pero puedo encontrar otra miga de pan mañana.
"Sin embargo, si hubiera insistido en cargarla conmigo, hubiera desencadenado una guerra en el cielo: el vencedor pasaría a ser envidiado, y los demás se armarían para combatirlo, el odio llenaría el corazón de los pájaros, y una situación así podría durar mucho tiempo.
Tal es la sabiduría de la vejez: saber trocar las victorias inmediatas por conquistas duraderas".
 
Fuente: Paulo Coelho

Reflexión Personal:
El Viejo pájaro se dio cuenta que si insitia no lograría su acometido ya que, él estaba debil y sin fuerzas mientras que sus perseguidores eran jóvenes y fuertes, además, se dio cuenta que si insitia lo único que lograría sería sembrar el odio hacia aquel que lograra conquistar el trofeo la miga de pan. Por eso dejó caer la miga para que nadie lograra hacerse con ella,  y como muy bien lo define Paulo coelho en esta gradisima frase Tal es la sabiduría de la vejez: saber trocar las victorias inmediatas por conquistas duraderas".

¿Y Vosotros que opinais?

1 comentario:

Yolanda dijo...

Estoy totalmente de acuerdo con esta reflexión. Con el paso de los años vemos las cosas con otra perspectiva. No sé si mejor o peor, pero en todo caso distinta. Por ejemplo, cuando somos jóvenes (aún me considero así con treintaitantos, jeje)tenemos un gran sentido de la justicia, de la igualdad, parece que nos podemos comer el mundo a mordiscos, que lo imposible es posible. ¿Quién dijo utopía?
Sin embargo, a medida que cumplimos años nos volvemos más realistas, si se quiere decir así. Estamos "de vuelta" de muchas cosas. Somos también más reflexivos, aunque también adquirimos otras cosas menos deseables, manías, hábitos y miedos, miedo a la muerte, miedo a que le pase algo a nuestros seres queridos... Dejamos de ser un ente autónomo e independiente para ser una unidad, un grupo, una familia, si se quiere ver así. Y la conciencia de que el grupo es vulnerable y puede quebrarse por factores externos, puede volvernos miedosos, conservadores, inmovilistas. Yo creo que todo esto se lo debemos a alqo que tenemos implantado en lo más profundo de nuestro cerebro, herencia de nuestros abuelos los simios, que para sobrevivir nos han inculcado que es mejor vivir en grupo, en familia.
Pero, bueno, eso ya es otro debate.