lunes, 29 de marzo de 2010

Atrevete a Cambiar

Leía en una revista un concepto interesante de marketing: la fidelización de los clientes, por medio de hacerles difícil cambiar a la competencia.

Por ejemplo, la computadora Apple tiene su sistema operativo Mac. Es especializado para arquitectos y diseñadores. Los que quieran cambiarse a una pc con sistema Windows, necesitarían aprender a manejarlo. Tendrían que invertir tiempo y experimentar algo nuevo.

Por eso se quedan fieles a Mac.

Este artículo mencionaba, que cuando las personas invierten tiempo y dinero en algo: una casa, viajar en la misma aerolínea, etc. se aferran a él. Crea un compromiso emocional que hace que no deseen cambiar.

Por el costo emocional del cambio.

Comparé las similitudes de este concepto con nuestra vida diaria.

Personas que duran en el mismo trabajo 30 o más años, en una labor que ya no les motiva y solo esperan el día de la jubilación en el que ya no tengan que trabajar.

El costo de cambiar a otro trabajo no lo quieren pagar. Han creado antigüedad. Conocen a los mismos amigos de siempre. Su trabajo ya no representa ningún reto, lo pueden hacer con los ojos cerrados.

No se dan cuenta que al no pagar el precio del cambio, está matando su vida emocional.

Mujeres que se encuentran en una relación amorosa sin salida, con hijos, y que no desean terminar esa relación. Hacen suyo el dicho "más vale malo conocido que bueno por conocer". Después de todo, no es tan mala la situación. Reciben dinero, y los maltratos ya son los de siempre. Empezar una nueva relación, con el miedo al que dirán y la posibilidad de fracasar las inmoviliza.

No se dan cuenta que están muertas en vida.

Cuando inviertes años de tu vida en algo, no importa lo dañino que sea, te hace aferrarte a el ¿Cómo voy a tirar los años invertidos en esto? No, no lo voy a perder.

Yo trabajaba vendiendo programas vacacionales. Tienes que pagar un enganche fuerte y mensualidades por uno, dos, o tres años y así tener el derecho de viajar por 30 años a tu destino favorito.

Lo que con frecuencia pasaba, es que se saturaban los destinos y las personas perdían ese dinero. Había años en los que no viajaban. Y perdían el dinero.

Una señora que había hecho esta inversión y por dos años no había podido viajar por la saturación de las fechas me comentó: "Mi esposo ya quería cancelar la membresía porque no la hemos podido utilizar, ya no quería seguir pagando las mensualidades. Pero yo le dije que no podíamos perder lo que habíamos invertido. Y decidió seguir pagando".

Con honestidad, no pude dejar de ver la inutilidad de esto.

¿Qué no podía perder lo que había invertido? YA LO HABIA PERDIDO, DE TODAS MANERAS. Hubiera sido más sano no seguir pagando las mensualidades, y a partir de ese día ahorrar para viajar cuando ellos quisieran.

Lo mismo pasa con relaciones tormentosas o inversiones en otros aspectos de tu vida.

Puedes sentir tentación de seguir, por el tiempo y esfuerzo invertidos. Es una tontería.

Lo perdido, perdido está. Como diría aquel poema de Machado "Solo quedan estelas en el mar". El pasado solo deja estelas cuando miras atrás. Ya pasó. Pero tu vida siempre comienza de nuevo, a partir del día de hoy.

Termina esa relación que ya no te deja nada, hoy mismo. No importa el tiempo invertido. Comienza de nuevo, a partir de hoy. No importa cuanto tiempo tengas en ese trabajo. Busca una nueva aventura en otro lado. Paga el costo del cambio.

Seguir con lo conocido, es vivir como un pájaro enjaulado. Tiene su comida segura y está protegido contra la intemperie. Pero no es feliz.

En cambio, el pájaro salvaje tiene que enfrentarse a los depredadores. Puede pasar hambre. Puede mojarlo la lluvia. Pero puede extender sus alas y volar a todo lo ancho del mundo.

Con su vida arriesgada, de incertidumbre, es más feliz que el pájaro enjaulado.

Así que recuerda: el costo del cambio nos aferra emocionalmente a cosas que ya no tienen sentido el día de hoy. Paga el costo del cambio. Que tu vida sea una hermosa aventura.

Abre las alas como el pájaro salvaje y explora lo ancho del mundo.

Vas a ser más feliz. Te lo garantizo.

Y tú...


¿Te atreves a cambiar?



Edgar Martínez

miércoles, 24 de marzo de 2010

Si quieres amistad...

Si quieres amistad, antes de nada tú debes ofrecerla.

Las personas sobresalientes desarrollan una particular conciencia de sí, que los hace ser aceptados por los demás. Para ejercer sobre la gente una influencia positiva debemos desarrollar ese tipo de conciencia en nosotros mismos.

Debes amarte a ti mismo antes de poder amar a otros. Debes creer lo anterior si deseas mejorar como persona. Cuando nos criticamos en exceso, tendemos a envidiar a quienes desarrollan un mejor papel que el nuestro. Si nos fijamos solamente en nuestras fallas, supondremos que los demás también se fijan sólo en nuestros errores y siempre estaremos esperando ser rechazados.

El mundo es como un espejo. La mayoría de los problemas que tenemos con la gente son un reflejo de los problemas que enfrentamos en nuestro interior. No se trata de cambiar a todos los demás. Cuando sutilmente alteramos algunas de nuestras ideas, nuestras relaciones mejoran automáticamente.

No es bueno ser «la otra mitad» de alguien; debemos ser personas totales. Cuando tu vida es un desastre, las personas felices y estables tienden a evitarte. Procuran a quienes son felices y estables. Si estás deprimido y triste, no atraerás sino a personas con terribles problemas, los cuales duplicarán su infelicidad. Los demás pueden contribuir a nuestra felicidad, pero antes debemos tener el control de nuestra vida. Cuando esperamos que alguien «llegue» a arreglar todo, estamos coqueteando con la desilusión. Las personas que disfrutan relaciones satisfactorias y estables son seres equilibrados. No andan en busca de alguien que «llene un hueco». Reconocen su propia valía.

Tienes que notificar al mundo que estás listo para participar en la vida. El primer paso para hacer amigos es estar dispuesto a salir y conocer gente. Si planeas hacer cambios y ganar amigos, prepárate para ocasionarles tanto desilusiones como rechazos. Para evitar decepciones, establece amistades sin esperar nada a cambio. Algunas personas corresponderán a tu cariño y atenciones y otras no lo harán. Si te preocupas por los demás porque así lo deseas, no te afectará el que no te devuelvan el afecto o el favor. El Universo es justo. Si brindas amor y abnegación, cosecharás buenas cosas, aunque no necesariamente cuando las esperas o de donde las esperas. Si deseas conocer gente nueva y hacer nuevos amigos, toma la iniciativa.

Acuérdate de las personas con quienes te encanta convivir. Lo más probable es que se trate de gente que sabe reír de sí misma. Esta clase de personas son más divertidas, tienen más amigos y menos úlceras. Cuando nos mostramos aprehensivos, los demás se sienten abochornados y finalmente provocamos que desaparezcan del horizonte.

Una vida dulce es una experiencia compartida. Nuestras grandes alegrías, nuestros bellos momentos, los grandes retos y las mejores épocas de la vida, son básicamente aquellas que compartimos con otros. Muchas de nuestras mayores experiencias de aprendizaje proceden de la convivencia con las personas. Para lograr una estancia memorable en este planeta debemos prepararnos para derribar ciertas barreras: hacer un esfuerzo especial para conocer, convivir y acercarnos a los demás.

La alegría de la vida deriva de expresarnos, de correr riesgos, de aventurarnos. No todo el mundo te amará, pero tú si puedes amar a quien desees. Tal vez no quieres que te lastimen pero es mucho mejor sufrir con la idea de que diste todo lo mejor que podías ofrecer. Los únicos que realmente sufren son aquellos que saben que las cosas pudieron haber sido mucho mejores, mucho más emocionantes, mucho más bellas; pero no lo fueron.

Andrew Matthews

viernes, 12 de marzo de 2010

¿Qué hacer? ¿ Comó afrontar las cosas?

Nublado el horizonte, tranquilo el panorama, sentado me encontraba pensando en triste calma, el porque de mis derrotas, el porque de mis victorias o si acaso me esperaban otras trayectorias, el pasado ha transcurrido, hace ya una hora y el segundo que se va, queda en mi memoria. ¿Acaso me dedicaré a disfrutar mi presente? ¿O aterrado pensaré en el futuro ya próximo latente, mientras vagando esta inerte, tan sólo esperando que decida darle un sentido permanente? ¿Merece la pena entrar en tensión, viendo el pasado y esperando un futuro que tal vez ni alcances a vivir? Vive el día a día y olvídate del porvenir, que de acuerdo a tu siembra la cosecha veras surgir, pregúntate ¿Cuál es la esencia que a tu vida sostiene?; si no lo haces veras pronto como el tiempo con tu vida se entretiene, efecto para lograr causa y no causa para lograr efecto, piénsalo, si no lo practicas así, ante cualquier situación hallaras defecto, haz bien sin importar a quien y cuando menos esperes tu bien se devolverá multiplicado a ti por cien. A veces la vida parece algo tan complicado y a lo largo de mi experiencia lo he comprobado, pero también he notado que lo que párrafos atrás menciono, hace a las dificultades bajar o subir de tono, de acuerdo a como lo utilices, utilízalo para bien y beneficios te dará también, no esperes que todo te venga empaquetado y listo para usar, pon de tu empeño y, claro, te tienes que esforzar, sonríe, es recomendado, espero que de vivir la vida no te hayas olvidado, disfruta cada momento y hazlo de corazón, espero que lo leído sea para ti una motivación, ya veras que todo tiene para existir una razón, que veas hacia delante esa es mi intención y respecto a este día, llega a una conclusión; ¿Qué cambios hacer? Esa es tu decisión, si te preocupas por algo que sea por tu calidad de vida