miércoles, 30 de septiembre de 2009

Mis Realidades

Solo resuenan ahora los dulces acordes de aquella olvidada guitarra atigrada, mientras el sol se funde en la noche dejando solamente un triste hálito de vida en las calles.

Nada puede retroceder el tiempo; los desgarradores pasos caminados y las dolorosas palabras ya dichas se hunden en el recuerdo marcando en él el feroz camino del horroroso olvido.

Nadie puede recuperar lo perdido; cuando las crueles garras del tiempo se cierran y los filosos colmillos de la verdad se hunden en nuestra conciencia, dejando solo una insignificante sombra de lo que una vez fuimos. Lo único que dejará intacto será el violento deseo de la muerte.

Nada esta perdido, todo juega un papel en el deplorable azar de la vida; los fracasos pasan destruyendo todo cuanto la miserable luz de la gastada luna alumbra, dejando hasta nuestras más deplorables creencias ahorcadas con la cruda cuerda de la realidad.

Nadie cambia.

Encerrados en la profundidad de nuestros pensamientos, solo logramos ahogarnos en una locura permanente, que acorrala los sentimientos hasta volverlos tenebrosamente oscuros.

Suenan los acordes nuevamente, anuncia la llegada de otro epidémico día de sombra.

Todo en la ciudad es silencio. Solo me queda entre la niebla el cantar de algún amor pasajero, que olvidado en el cajón de algún armario pide a gritos una inencontrable salida.

Y que aunque quiebre sus dedos en el rasguño de la libertad, jamás verá ni siquiera un destello de su nato salvajismo.

Solo el odio es constante; navega por los ríos de las almas contaminando todo a su paso, soltando en su andar el repugnante hedor de la infelicidad para dejarnos sin rumbo alguno, para lograr que al fin caigamos rendidos ante aquellos aterradores miedos otra vez, y tratemos de huir escalando temores y esquivando verdades hirientes.

Todo se apaga.

La misma dulce esencia que alguna vez brillaba cegadoramente en nuestro interior, se irá extinguiendo poco a poco, cuando la sangre de aquellas eternas heridas inunde de tal manera los corazones, hasta conseguir que la vela de nuestra esperanza se apague sin la más mínima posibilidad de volver a encenderla.

Nada nos sostiene.

Cuando los cimientos de nuestra pobre existencia se desmoronan tristemente y aquellos puntos de apoyo se disuelven como pasajeros espejismos, sabremos que sólo nos queda dejarnos caer y ver en que escalofriante superficie aterrizaremos.

Nadie nos sobrevive, porque cuando nuestras almas se hunden en el profundo sueño de la muerte, y nuestros cuerpos yacen ya sin vida alguna, lo único que quedará será el cruel recuerdo en la atormentada mente de algún errante viajero que nos llora muy poco y pronto nos olvidará.

La vieja guitarra toca ahora sus últimas notas; se ve ahogada por un desgarrador grito de desesperación, que implora en su pasar sólo un cálido consuelo que jamás llega, porque todo es frío. Las congeladas suplicas, quedan cruelmente suspendidas bajo los hilos del vivaz tormento que logra manipular y mover a su rebuscado antojo, todo en nuestras vidas.

Nada esta bajo control.

Todas nuestras acciones se ven duramente afectadas por algún avaro desconocido, que con el fin de obtenerlo todo, compra hasta el oxigeno que respiramos y logra conscientemente atraparnos en la invisible jaula de la soledad, aislándonos de todo aquello que nos recuerde a algo.

La vida pasa.

Y finalmente se va. Destruye y crea eslabones de esta cadena, sin saber que en la historia personal de cada ser, lo eslabones son irremplazables.

Que aunque destruya para luego volver a crear, nunca, jamás
podrá hacer dos iguales.

2 comentarios:

Y. dijo...

"Encerrados en la profundidad de nuestros pensamientos, solo logramos ahogarnos en una locura permanente, que acorrala los sentimientos hasta volverlos tenebrosamente oscuros"

Me ha encantado :D

María José dijo...

la verdad esque ami tambien me gusta mucho en concreto ese parrafo, aun que ta otra parte también me gusta mucho "cuando nuestras almas se hunden en el profundo sueño de la muerte, y nuestros cuerpos yacen ya sin vida alguna, lo único que quedará será el cruel recuerdo en la atormentada mente de algún errante viajero"
un besinn