viernes, 29 de mayo de 2009

HIMNO A LA JOVEN

A qué vienes ahora,
juventud,
¿encanto descarado de la vida?
¿Qué te trae a la playa?
Estábamos tranquilos los mayores
y tú vienes a herirnos, reviviendolos
más temibles sueños imposibles,
tú vienes para hurgarnos las imaginaciones.

De las ondas surgida,
toda brillos, fulgor,

sensación pura
y ondulaciones de animal latente,
hacia la orilla avanzas
con sonrosados pechos diminutos,
con nalgas maliciosas
lo mismo que sonrisas,
oh diosa esbelta de tobillos gruesos,
y con la insinuación
(tan propiamente tuya)
del vientre dando paso
al nacimiento de los muslos: belleza delicada,
precisa e indecisa,
donde posar la frente derramando lágrimas.

Y te vemos llegar:
figuraciónde un fabuloso espacio
ribereño
con toros,
caracolas y delfines,
sobre la arena blanda,
entre la mar y el cielo,
aún trémula de gotas,
deslumbrada de sol y sonriendo.

Nos anuncias el reino de la vida,
el sueño de otra vida,
más intensa y más libre,
sin deseo enconado como un remordimiento
-sin deseo de ti,
sofisticada

bestezuela infantil,
en quien coinciden
la directa belleza de la star
lety la graciosa timidez del príncipe.

Aunque de pronto frunzas
la frente que atormenta un pensamiento
conmovedor y obtuso,
y volviendo hacia el mar
tu rostro donde brilla
entre mojadas mechas rubias
la expresión melancólica de Antínoos,
oh bella indiferente,
por la playa camines como si no supieses

que te siguen los hombres y los perros ,
los dioses y los ángeles
y los arcángeles,
los tronos, las abominaciones...


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